jueves, 21 de marzo de 2013

La Macarena; Juan Alberto Fernández Bañuls




Señora: Cuando dan las once y media de la noche del Jueves Santo en Sevilla y la fragancia del mejor incienso se enrosca en los balcones de mi casa abiertos de par en par al universo medido y exacto de la antigua cofradía de la Santa Faz, comienza la hora mágica de la Semana Santa de Sevilla, cuando apretamos, exprimimos, el tiempo en nuestras manos hasta dejar caer sus últimas gotas en las lindes de la ciudad, allá en el Patrocinio, tocados ya nuestros cuerpos y nuestros espíritus por el aire impasible de la nostalgia. 

A esa hora me visto mi túnica de ruán, me ciño el esparto a la cintura y siento el primer escalofrío de las ansias de estar contigo. Cuando, pasada la media noche, en el patio donde suenan los ecos de tantos muertos, donde los vivos estamos en la hermosa soledad de sabernos, hombro con hombro, codo a codo, confortados por la compañía verdadera de anónimos y venturosos cofrades del silencio compartido, ponen en mis manos el cetro de plata y madera que tanto sirve de báculo como de punto de apoyo para mover este mundo, a esa hora inmortal en que de cara a sí mismo el nazareno ya sabe que Tú has salido a la calle, que estás en la Resolana iluminando a las gentes con la luz de tu mirada, más luz que la que alumbra tu paso -candelabros, candeleros-, más luz que la luz del mundo porque sale de unos ojos capaces de tu esperanza, ya estoy sintiendo las ansias de estar otra vez contigo.








Cuando, al fin, plena ya la Madrugada, suenan tranquilas, sosegadas, las pisadas de cuantos hemos vuelto a poner en las calles la dura voz del silencio y la capilla del Santo Crucifijo que nuestro hermano Mateo Alemán compró hace más de cuatro siglos hoy reverbere con el eco de tantos golpes de pies y varas y cirios y cruces sobre el largo entarimado de la rampa donde se oye la última saetilla que acompaña el sentimiento y la razón aprendida de haber dado, una vez más, lección de todo aquello que somos, despojado de la túnica que me igualó por unas pocas horas con mis prójimos encapuchados y devuelto a la dura incertidumbre de un lugar irremediable en el mundo de los vivos, sentiré que el ansia de estar contigo está próxima a cumplirse.

Entonces, en el momento preciso en que el sol se abra camino por la fachada amarilla de San Juan de la Palma, sintiendo ya la hermosura de la calle Feria, donde las gentes construyen, cada año y desde siempre, la mañana de tu nombre, podré saciar estas ansias que guardo todos los días esperándote, Esperanza. Macarena.


Texto: Juan Alberto Fernández Bañuls 



@CorcheroArcos con fotos como éstas, entregamos la cuchara, nos ponemos el babero y que sea lo que Ella quiera...Gracias.

martes, 19 de marzo de 2013

Sexualidad, asignatura pendiente en el Cristianismo


La Sexualidad sigue siendo una de las asignaturas pendientes del cristianismo. Muy heredada, la actitud de Platón, Pablo de Tarso y Agustín de Hipona.

De Platón hereda la concepción antropológica dualista opuesta entre el Cuerpo y el Alma, entendiendo el cuerpo como un lastre, como una carga.

De Pablo el Cristianismo recoge la larga lista de pecados como consecuencia de la Sexualidad. Carne y espíritu aparecen en dirección contraria. "Proceded según el espíritu, y no deis satisfacción a las apetencias de la carne...Las obras de la carne son; fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia...Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y apetencias" (Gálatas 5, 16 ss).

De San Agustín se heredó la concepción abstinencia sexual como ideal cristiano.

El planteamiento sería, cómo podemos llegar a la Liberación?? Reprimiendo los instintos, renunciando a esos placeres,quedándonos solo con el alma??? El cuerpo de la mujer durante la Inquisición se entendió como lo negativo, el gesto  de éxtasis era signo de inhabitación del Espítitu Santo y de la presencia de Dios.


En frente de todo esto, tenemos la moral judía que no es represiva del cuerpo, defiende el placer, el goce...el libro bíblico de Eclesiastés invita a comer y a beber con alegría, afirma la vida material y sensual en la cotidianidad,, llama a los jóvenes a la diversión y a dejarse llevar por el corazón (11,9). La vida y el mensaje de Jesús de Nazaret está en este tipo de concepto vitalista.

Terminar con unos versos de Eduardo Galeano que llegan en te momento de planteamiento como anillo al dedo..." Dice la Iglesia, el cuerpo es un pecado. Dice el Mercado, el cuerpo es un negocio. Dice el cuerpo, yo soy una fiesta"

Entenderá el Cristianismo, alguna vez, el cuerpo como parte del alma y no hará distinción o dualidad?



Tendremos que esperar como la paloma en San Julián 


El Penitente Sevillano.






Qué palabras más bellas y más certeras las que un día escribiría Manuel Sánchez del Arco 
" ...la mejor herencia que le podía dejar en vida, la túnica de nazareno"

lunes, 4 de marzo de 2013

Sorpresa de lo Divino



Esos sociólogos de la religión como É. Poulat que no apostaban por el mantenimiento de las religiones en el S.XX "Has vencido Galileo, has vencido Modernidad", qué gran error!



Lo que ha surgido, muy a pesar de algunos, ha sido el fenómeno llamado "Sorpresa de lo Divino", o la llamada "Revancha de Dios" obra de G. Kepel.

La religión ha surgido como fuerza social, ha recuperado el espacio público perdido durante tantos años, es identidad cultural y nacional, sobre todo, en las tres religiones monoteístas salidas del tronco de Abraham,  judaísmo, cristianismo e islam.

Asistimos a los nuevos movimientos religiosos, ya que el racionalismo científico no es capaz de oriental la vida social contemporánea.

Nos queda, ahora, ese diálogo entre creyentes y no creyentes.