lunes, 22 de octubre de 2012

El envés de tus brazos me sana...


Obra del Juan de Mesa, realizada en 1618, el autor se inspiró en el Laocoonte para ponerle rostro a la imagen. 

El encargo fue concertado con el maestro escultor Juan de Mesa y Velasco, mediante escritura pública;

"Una hechura de Xpto. Crucificado que tenga de largo dos varas antes más que menos medido desde el calcañal del pie hasta la punta del cabello de madera de cedro.Y en esta manera y según dicho es me obligo a hacer la dicha obra por mi persona sin que en ella pueda entrar oficial alguno y de la comenzar desde el dicho día y no alsar la mano della hasta la tener acabada en toda perfesón y si ansi no lo hiziere y cumpliere o la dicha obra que yo hiziere no saliere a su satisfacion dexo en elsion y boluntad de los dichos y de cada uno ynsolidun que puedan compeler y apremiar por prision y todo rigor de derecho a que aga la dicha obra o que a mi costa se puedan consertar con otro maestro escultor y arquitecto que la haga, y por lo que mas le costare de los dichos mil reales y por las costas y gastos que se le causaren me pueda executar en birtuddesta escritura y el juramento de los dichos y de cada uno ynsolidun".









A los pies de su cruz, el Pelícano. 
La Leyenda medieval cuenta que unas crías de pelícano hambrientas disputándose la comida hieren al padre, este las golpea y las mata, tres días después llega la madre al nido encontrando las crías muertas, se abre el pecho a picotazos y su sangre esparcida sobre las avecillas le devuelve la vida. Cómo Jesús derramó su sangre para la salvación de los hombres en prueba de su Amor.





Detrás, su madre, socorriendo al hijo a punto de morir en una cruz para salvarnos de todos los pecados, una Virgen bellísima que en el siglo XIX hiciera Gabriel de Astorga , en un palio granate donde todo es Amor.



















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