Sacando libros de cajas, que después de 5 años siguen sin desembalar, llegué a "Las arquitecturas del deseo" de Jose Antonio Marina, al que yo nombraba Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Echándole un ojo, otra vez, he llegado a una página que tenía con fluorescente fucsia. Es una cita de San Bernardo que en sus años de celda, hace como 10 siglos, escribió;
"Cada día y cada noche leemos y cantamos las palabras de los profetas y de los Evangelios. ¿De dónde saltan tantos pensamientos vanos, nocivos, obscenos, que nos torturan por la impureza, el orgullo, la ambición y por cualquiera otras pasiones, hasta el punto de que apenas podemos respirar en la serenidad de sublimes consideraciones? ¡Qué desgraciados somos causa de la tibieza de nuestro corazón!"
Foto: "La Siesta".
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